Hay colecciones que nacen del corazón, de una imagen potente o de un recuerdo que se queda dando vueltas. Yeehaw nació de todo eso. De paisajes de desierto, de cowgirls fuertes y libres, de las películas del viejo oeste que veíamos con nuestros papás y de las idas a la finca. De esa mezcla entre rudeza y belleza que tanto nos inspira.

Queríamos capturar el espíritu del desierto: ese silencio poderoso, los tonos tierra, el sol abrazador y el viento que parece contar historias antiguas. Pero también el espíritu de quienes lo habitan. Las mujeres que cabalgan solas, que escriben sus propias reglas, que combinan botas con vestidos y son dueñas de su propio ritmo. Yeehaw es una carta de amor a esa fuerza femenina que no necesita permiso para ser.

Esta colección es nuestra versión del western, pasada por el filtro Brezo: joyas hechas a mano, con detalles simbólicos, acabados impecables y mucha alma. Aquí no hay disfraces ni modas pasajeras, hay identidad, hay historias, hay carácter. No queríamos simplemente “copiar” el look vaquero, sino reinterpretarlo a nuestra manera: con elegancia, con intención, con una mirada desde lo artesanal y lo colombiano.

Diseñamos estrellas de sheriff que se convierten en topos pequeños o grandes con actitud, serpientes que se deslizan en forma de anillo, herraduras que traen suerte, flores de cactus, sombreros vaqueros, y hasta el cráneo de un bovino sagrado que parece salido de una postal del desierto. Cada pieza está pensada para llevarse sola o en conjunto, para que cada quien cuente su propia versión de esta historia.

También queríamos traer una sensación de libertad. Esa que se siente cuando estás lejos de todo, en medio de la nada, con el cielo infinito como techo. Las joyas Yeehaw están hechas en bronce reciclado con baño de oro de 24k o en plata, elaboradas por manos artesanas colombianas que entienden que los detalles no se negocian. Queríamos que se sintiera real, honesta, con texturas que parezcan haber vivido y formas que inviten a la aventura.

Desde el inicio, tuvimos claro que esta colección iba más allá de una estética. Yeehaw es una forma de habitar el mundo con fuerza, sin miedo a ser auténtica, con una mezcla deliciosa de nostalgia y modernidad. Cada pieza es un amuleto, un símbolo de carácter, una historia por contar.

Es, al final, un homenaje a las mujeres que se atreven, que cabalgan su propia vida, que no temen al polvo del camino ni al sol del mediodía. Esa es la esencia vaquera que quisimos capturar.

Y tú, ¿ya encontraste tu joya favorita de la colección Yeehaw?